Sepang – MotoGP – RossiKan, el tigre malayo

Sepang – MotoGP – RossiKan, el tigre malayoSepang – MotoGP – RossiKan, el tigre malayo

En el reglamento de MotoGP de 2005 tendrán que añadir un nuevo artículo o prohibición: no pisar los dedos del piloto número 46.

Ya en este clima de falsa reconciliación llevado a cabo por Dorna contra toda voluntad, Rossi demuestra que no ha digerido en absoluto la falta de rendimiento que esperaba en Qatar (quizás quitándole el récord de primer ganador del Gran Premio de Arabia).

Se marcha de Qatar con los pensamientos nublados por la ira checa. Llega a Malasia con una claridad impresionante, al menos verbalmente. Se sube a la moto, se prepara para el viernes y se pierde el resultado por el habitual error de valoración, pero no importa. El sábado vuelve a subirse a la moto y enseguida dispara una vuelta rápida como las que se hacen cuando quedan nueve segundos de sesión. Sus rivales responden... y él también, llevándose a casa una pole más con un tiempo que dice mucho de su potencial. Pero Rossi también es concreto y el domingo, en el calentamiento, realiza una secuencia de vueltas que dejan muy poca incertidumbre, sólo la mínima necesaria.

En la parrilla de salida aparece con un neumático que tiene un compuesto más parecido a un neumático de clasificación que a uno de carrera. Él y muy pocos otros lo montan. El objetivo está claro desde el principio: empezar como una honda, ganar margen, crear un hueco en las primeras vueltas y luego gestionar los momentos de desgaste de los neumáticos, evitando llegar debajo de la meta con la moto sobre las llantas.

Barros se inserta como un elemento perturbador entre los proyectos del médico, retrasando los planes de Rossi que, después de algunas vueltas y algunos intentos de adelantamiento siguiendo trayectorias lunares, pasa maliciosamente junto a alguien que sabe frenar muy bien.

En este momento Rossi sólo está en contra de la vida útil de su neumático trasero, que debido a una temperatura exterior superior a la esperada podría tener un rendimiento diferente al esperado por él y su equipo.

De vez en cuando se distrae poniendo cuatro décimas de distancia entre él y Biaggi en menos de una vuelta.

Esta vez, sin embargo, Rossi no se distrae y consigue un nuevo éxito. Un éxito similar al conseguido en Donington. Un éxito deseado y conseguido con determinación y firmeza.

Su oponente de todos los tiempos, Biaggi, lo felicita, dando la idea de estar ante un deja vu. Algo ya visto en Sudáfrica con motivo del primer gran premio de la temporada. Un Rossi majestuoso, un Biaggi corsario y un Gibernau con algunos problemas.

A pesar de que Guido Meda (comentarista de la carrera en Italia1 ed.) definió al español Sete Gibernau como "hervido", Rossi no parece dispuesto a dar por cierta lo que parece una observación objetiva y clara.

Ya ha sentido la sensación de sentir que una victoria estaba en su bolsillo y luego se la sacaron de debajo de sus narices sin mucha destreza.

Rossi tiene otra bola de partido que puede disputar en Australia en un circuito espectacular. Terminar detrás de Sete Gibernau le bastaría para tener la certeza matemática de ganar el título, pero se sabe que Rossi "cuando está feliz disfruta pero cuando no está feliz disfruta aún más". Y luego ganar el campeonato mundial detrás de su ahora establecido y más cercano oponente no sería propio de él.

Por ahora, el operador ecológico Rossi, especializado en "limpiar" malos recuerdos, se despide de Malasia con una piedra menos en el corazón.

Demuestra que si hay alguien a quien vencer, es él. Si hay una moto a batir, ahora es Yamaha; Si Rossi luego se sube a otra moto, entonces la moto a batir pasaría a ser otra pero el piloto seguiría siendo siempre el mismo.

david giordano

Motorionline.com ha sido seleccionada por el nuevo servicio Google News,
si quieres estar siempre actualizado sobre nuestras novedades
Síguenos aquí
Leer otros artículos en MotoGP

Deja un comentario

Usted debe estar logueado para escribir un comentario Acceder

Artículos Relacionados